lunes, 20 de septiembre de 2010

"ROBO DE IDENTIDAD EN INTERNET"

El robo de identidad es uno de los delitos de cuello blanco de más rápido crecimiento en el mundo. Cada cuatro segundos una identidad es robada y alrededor de 10 millones de estadunidenses han resultado afectados. Se calcula que el costo promedio de restaurar una identidad robada es de 8 mil dólares. Los perjudicados tardan unas 600 horas en librarse de esta pesadilla y varios años en recuperar su buen nombre e historial crediticio.
Este ilícito es mucho más pernicioso que el fraude tradicional con medios de pago, que ocurre cuando alguien usa ilegalmente la chequera, la tarjeta de débito o la de crédito de otra persona. El robo de identidad permite al delincuente abrir cuentas de banco, obtener tarjetas de crédito y teléfonos celulares, arrendar autos e inclusive departamentos a nombre de la víctima sin que ésta se entere. En promedio, pasa un año antes de que el afectado descubra el robo. Por ello, pocos ladrones de identidades son detenidos.
¿A qué se debe este auge del robo de identidad? Un factor -aún no está claro si es una causa o un efecto- es el creciente mercado de información ilegal sobre software nuevo (zero-day exploit). La mayoría de los verificadores de sistemas de seguridad coincide en afirmar que, cuando se descubre una falla en un programa, lo ético es avisarle al fabricante para que arregle el error en lugar de divulgarlo y sacar provecho de ello. Sin embargo, cada vez más hackers detectan estas debilidades y las venden a los delincuentes que pagan el precio más alto.
Los pequeños trucos que permiten explotar las fallas de programas de uso popular alcanzan un precio de 20 mil a 30 mil dólares cada uno. En el caso del nuevo sistema operativo de Microsoft Windows Vista, la suma podría llegar a 50 mil dólares. Un troyano diseñado para robar información de una cuenta en línea puede adquirirse por sólo 5 mil dólares.
Cuando un nuevo programa malicioso se propaga entre los confiados usuarios de la Internet, elude los antivirus e impide al fabricante afectado remediar la falla. Para el momento en que el programa complementario (o parche) está listo, ya es demasiado tarde, pues el delincuente ya sacó provecho.
¿Cómo proteger su identidad? Primero, cambie sus contraseñas periódicamente, especialmente si hace operaciones bancarias en línea o guarda información personal en una computadora portátil, que puede ser robada fácilmente.
Congele su historial crediticio. Nadie puede abrir una línea de crédito respaldada en su cuenta bancaria a menos que tenga acceso a su historial. De esta forma usted también podrá acabar con esas engorrosas (y potencialmente peligrosas) ofertas de tarjetas de crédito reautorizadas.
Sea especialmente cauteloso con los correos electrónicos supuestamente provenientes de bancos, tiendas y dependencias de gobierno que le soliciten información personal. Nunca responda un correo electrónico en el cual le soliciten verificar un número de cuenta o contraseña. Las empresas legales simplemente no preguntan esas cosas.
Proteja su computadora de virus, programas espías y otras formas de software malicioso. Use siempre, además del antivirus, un sistema para evitar el acceso ilegal a su computadora (firewall) y un par de programas anti-espías, y configúrelos para que se actualicen automáticamente. Antes de comprar cualquier cosa por Internet, revise que en la barra de su navegador aparezca el icono de un candado cerrado. Revise la barra de direcciones y asegúrese de que está utilizando la forma segura del protocolo para la transferencia de hipertexto ("https", en lugar de "http", que es inseguro).
Finalmente, compre una máquina para destruir documentos. Esto evitará que alguien saque de su bote de basura y utilice solicitudes de tarjetas de crédito pre-aprobadas. Podrían ser los 300 pesos mejor invertidos en su vida.






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